
El autor muestra como a través del tiempo la humanidad a experimentado deferentes cambios en los que el hombre ha incurrido sin pensar en las amenazas que ha generado al planeta y que de forma irresponsable culpa a otros para continuar en el desorden que lleva, sin detenerse por un instante a pensar de como mejorar la situación, sino que cada día se convierte en el mayor destructor, con sus fabricas, agroquímicos, entre otros, que se utilizan indiscriminadamente sin ver que causa daño a la flora, a la fauna y al ser vivo, lo que le importa es el consumismo, de lo que se produce; sin tomar en cuenta como solucionar el problema.
Es evidente, que la cultura tarde mucho en aprenderse y resulta refractario cambiar la imagen porque no se aceptan afirmaciones científicas. La cultura evoluciona y en ese proceso se pasa mucho tiempo para que se pueda aprender. El ser humano es vacilante a la cultura que se le proyecte. Por lo tanto, al hablar de instituciones, se puede decir, que estas no siguen las leyes que se dictaminan porque quienes las dirigen son personas que manejan los instrumentos de forma muy parcializada, quizás porque no conocen su utilidad, se cree que la maquinaria electrónica va a regir nuestras vidas, lo que no entendemos es que nuestra mente está condicionada, no hay libertad intelectual que permita salir del claustro donde nos encontramos en muchas ocasiones, creando una variable que puede dar origen a otras, esto produce un colapso por la falta de información, lo que permite que la variable crezca cada día más.
En este sentido, se debe establecer nuevas variables, bien organizadas para alcanzar un buen funcionamiento y reducir las brechas que se presentan por el individualismo del ser humano. Comprender esta situación, emplear la ciencia y atenuar las variables es la condición necesaria para reducir la problemática que se genera a partir del no seguimiento de normas y preceptos establecidos.
Bajo estas premisas, se hace necesario las orientaciones respectivas que permitan ampliar las alternativas en la consecución de un propósito definido. El empleo de diversas alternativas permite cubrir la variable y así permitir la libertad individual que no este sujeta a condiciones que quieran imponerse.
Se puede decir, que el hombre moderno dispone de instrumentos como la computadora, el teleproceso y las técnicas de la organización eficiente, a la que denomina cibernética para ampliar la variable, pero no se le da el uso respectivo porque son utilizadas sin atender a la proliferación de la variable. Por lo tanto, se busca seguir un modelo que la organización ponga en práctica donde no se utilice como regulador, porque este debe ser libre. Por lo tanto, estableciendo el prototipo de la maquinaria para la libertad donde el gobierno adopte métodos que produzca sus variables para buscar la información y crear el modelo económico que se requiera y así poner la ciencia al servicio del hombre que según el Dr. Beer sólo a servido para destruir las dimensión humana y la alegría de vivir, ellos no han entendido que son servidores de la comunidad
Por esta razón, el autor permite hacer un análisis del futuro que podemos tener y el que tenemos que exigir, partiendo de la familia , la sociedad, donde cada uno asuma la responsabilidad de sus actos y vea con ojo critico el problema que esta generando ante el mundo y considere el cambio que debe mostrar, para alcanzar en las organizaciones donde se desenvuelve una conciencia humanizadora, sin perder de vista que hoy día, la libertad del hombre en el mundo cibernético, es amplia, sin barreras comunicativas, que le permiten llevar a cabo los programas que le envía el cerebro desde su propia evolución, donde muestre su capacidad para dar respuesta al problema ambiental y manejar con mesura y control los procesos que desarrolla.
Lo que se requiere son hombres solidarios, comprometidos, preocupados por su realidad y la del entorno, con un sentido futurista que sin menoscabar los intereses ajenos logre auto realizarse y proyectar su acción a objetivos nobles en pro del colectivo. Se necesita conciencia, internalizar valores, tener sentido de pertenencia con el medio que lo rodea, para querer, defender y buscar el desarrollo sostenido y sostenible de la humanidad.
Consideramos muy interesante el aporte del autor pues pone de manifiesto elementos interesantes para ser analizados en estos tiempos, de nuestros sistemas, de nuestras instituciones. Si bien es cierto, las instituciones que hoy tenemos y mantenemos no pueden considerarse solamente como organizaciones, sino por el contrario sistemas dinámicos, también es cierto que en el dinamismo propio que poseen se evidencia una marcada influencia característica de los sistemas utilizados en el pasado, con sus mismas fallas, ineficacia y burocracia. Consideramos que los sistemas actuales perdieron su rumbo, no terminan de conseguir su camino y en esa lucha incesante se enfrentan con múltiples variables que los condicionan y los hace poco estable. Es difícil hacerles entender a los que dirigen esos sistemas, que ese no es el camino, pues existen muchos intereses particulares en preservar las estructuras y no permitir cambios, y lo más grave en estar convencidos de que sus vías son los más idóneos.
En otro orden de ideas, al igual que Beer consideramos que la tecnología está subutilizada, pues la información que se maneja a través de ella está previamente diseñada para moldear al ser humano a su antojo, por lo cual la educación no puede acabar con el tecnocratismo reinante, pues es esa misma educación la que impulsa a sus educandos a utilizar la tecnología sin una postura reflexiva y analítica, sino por el contrario absorbiendo dicha información de manera pasiva y conformista.
En lo más que estamos de acuerdo es en la búsqueda incansable de la libertad, con maquinas o sin ellas, la tecnología debe estar diseñada para facilitar la vida del usuario y no para esclavizarlo ni para controlar al otro, pero que es la verdadera libertad, quienes son presos de sus ideas y de sus manías y afirman que son libres.
Aprendamos verdaderamente a diseñar la libertad
Es evidente, que la cultura tarde mucho en aprenderse y resulta refractario cambiar la imagen porque no se aceptan afirmaciones científicas. La cultura evoluciona y en ese proceso se pasa mucho tiempo para que se pueda aprender. El ser humano es vacilante a la cultura que se le proyecte. Por lo tanto, al hablar de instituciones, se puede decir, que estas no siguen las leyes que se dictaminan porque quienes las dirigen son personas que manejan los instrumentos de forma muy parcializada, quizás porque no conocen su utilidad, se cree que la maquinaria electrónica va a regir nuestras vidas, lo que no entendemos es que nuestra mente está condicionada, no hay libertad intelectual que permita salir del claustro donde nos encontramos en muchas ocasiones, creando una variable que puede dar origen a otras, esto produce un colapso por la falta de información, lo que permite que la variable crezca cada día más.
En este sentido, se debe establecer nuevas variables, bien organizadas para alcanzar un buen funcionamiento y reducir las brechas que se presentan por el individualismo del ser humano. Comprender esta situación, emplear la ciencia y atenuar las variables es la condición necesaria para reducir la problemática que se genera a partir del no seguimiento de normas y preceptos establecidos.
Bajo estas premisas, se hace necesario las orientaciones respectivas que permitan ampliar las alternativas en la consecución de un propósito definido. El empleo de diversas alternativas permite cubrir la variable y así permitir la libertad individual que no este sujeta a condiciones que quieran imponerse.
Se puede decir, que el hombre moderno dispone de instrumentos como la computadora, el teleproceso y las técnicas de la organización eficiente, a la que denomina cibernética para ampliar la variable, pero no se le da el uso respectivo porque son utilizadas sin atender a la proliferación de la variable. Por lo tanto, se busca seguir un modelo que la organización ponga en práctica donde no se utilice como regulador, porque este debe ser libre. Por lo tanto, estableciendo el prototipo de la maquinaria para la libertad donde el gobierno adopte métodos que produzca sus variables para buscar la información y crear el modelo económico que se requiera y así poner la ciencia al servicio del hombre que según el Dr. Beer sólo a servido para destruir las dimensión humana y la alegría de vivir, ellos no han entendido que son servidores de la comunidad
Por esta razón, el autor permite hacer un análisis del futuro que podemos tener y el que tenemos que exigir, partiendo de la familia , la sociedad, donde cada uno asuma la responsabilidad de sus actos y vea con ojo critico el problema que esta generando ante el mundo y considere el cambio que debe mostrar, para alcanzar en las organizaciones donde se desenvuelve una conciencia humanizadora, sin perder de vista que hoy día, la libertad del hombre en el mundo cibernético, es amplia, sin barreras comunicativas, que le permiten llevar a cabo los programas que le envía el cerebro desde su propia evolución, donde muestre su capacidad para dar respuesta al problema ambiental y manejar con mesura y control los procesos que desarrolla.
Lo que se requiere son hombres solidarios, comprometidos, preocupados por su realidad y la del entorno, con un sentido futurista que sin menoscabar los intereses ajenos logre auto realizarse y proyectar su acción a objetivos nobles en pro del colectivo. Se necesita conciencia, internalizar valores, tener sentido de pertenencia con el medio que lo rodea, para querer, defender y buscar el desarrollo sostenido y sostenible de la humanidad.
Consideramos muy interesante el aporte del autor pues pone de manifiesto elementos interesantes para ser analizados en estos tiempos, de nuestros sistemas, de nuestras instituciones. Si bien es cierto, las instituciones que hoy tenemos y mantenemos no pueden considerarse solamente como organizaciones, sino por el contrario sistemas dinámicos, también es cierto que en el dinamismo propio que poseen se evidencia una marcada influencia característica de los sistemas utilizados en el pasado, con sus mismas fallas, ineficacia y burocracia. Consideramos que los sistemas actuales perdieron su rumbo, no terminan de conseguir su camino y en esa lucha incesante se enfrentan con múltiples variables que los condicionan y los hace poco estable. Es difícil hacerles entender a los que dirigen esos sistemas, que ese no es el camino, pues existen muchos intereses particulares en preservar las estructuras y no permitir cambios, y lo más grave en estar convencidos de que sus vías son los más idóneos.
En otro orden de ideas, al igual que Beer consideramos que la tecnología está subutilizada, pues la información que se maneja a través de ella está previamente diseñada para moldear al ser humano a su antojo, por lo cual la educación no puede acabar con el tecnocratismo reinante, pues es esa misma educación la que impulsa a sus educandos a utilizar la tecnología sin una postura reflexiva y analítica, sino por el contrario absorbiendo dicha información de manera pasiva y conformista.
En lo más que estamos de acuerdo es en la búsqueda incansable de la libertad, con maquinas o sin ellas, la tecnología debe estar diseñada para facilitar la vida del usuario y no para esclavizarlo ni para controlar al otro, pero que es la verdadera libertad, quienes son presos de sus ideas y de sus manías y afirman que son libres.
Aprendamos verdaderamente a diseñar la libertad